CLASE 2. FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN.
FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN
La filosofía
de la religión es la rama de
la filosofía que se ocupa del
estudio reflexivo a profundidad de la religión, incluyendo argumentos sobre la
naturaleza y existencia de Dios,
el problema del mal, la relación entre
la religión y otros sistemas de valores como la ciencia y la ética. Es frecuente
distinguir entre la filosofía de la religión y la filosofía religiosa. La primera
refiere al pensamiento filosófico sobre la religión, que puede ser llevado a
cabo por creyentes y no-creyentes por igual, mientras que la segunda alude a la
filosofía inspirada y guiada por la religión, como la filosofía cristiana y la filosofía islámica. Sin embargo,
pueden considerarse dentro del análisis filosófico de la religión, cuestiones
basadas en la estructura de todas las religiones; a modo de comparación entre cada una, en proporción con
temáticas que abordan interrogantes sobre la perfección y el sentido de la
existencia en relación con un cosmos perfecto y por tanto un ente perfecto que
los creó. De ahí que pueden considerarse dentro de las diferentes
religiones otras manifestaciones de la filosofía de y sobre la religión,
conforme a doctrinas orientales como el hinduismo y el budismo, interesados
fuertemente en la idea de un todo absoluto, una esencia que lo reviste todo;
por cuanto crea esperanza y despierta el interés humano en el desarrollo de una
dimensión más espiritual.
En ese sentido la filosofía de la religión intenta
responder a interrogantes tales como: ¿De dónde surgimos?, ¿Cuál es la
verdadera naturaleza humana?, ¿Cuál es la naturaleza de Dios(a)?, ¿Es Dios una
creación del mejor ingenio humano o es un ente superior a todo real y con
cualidades humanas?, ¿Cómo se entienden el cielo o el infierno (o
inframundo?,¿Qué nos creó?, ¿Los milagros son casualidad u obra divina? entre
otras.
La religión,
dimensión esencial de toda persona en todo tiempo y lugar, comprende
fenómenos y experiencias diversas, es objeto de estudio de varias disciplinas Y
afecta esencialmente a las relaciones del hombre consigo mismo
(felicidad-salvación-inmortalidad), con el mundo (creación, uno-muchos...), con
Dios (existencia, atributos, revelación). Inevitablemente se plantea la
necesidad, criterio de discriminación y orientación de la responsabilidad, de
una «opción fundamental» sin la cual no sería posible ningún discurso, o -lo
que en definitiva es lo mismo- sería igualmente posible cualquier discurso.
Puesto que la filosofía de la religión es, por definición, una
reflexión crítica sobre el hecho religioso, está presente siempre que se
encuentren estos elementos: no
sólo en la tradición grecorromana, sino ntambién e la patrística y en la
especulación escolástica, hasta el pensamiento del Renacimiento y de la Reforma.
Los elementos característicos son el paso del mythos al logos, el sentimiento
de lo divino y la presencia de Dios en la naturaleza, en la historia y su implicación
en el destino mismo del hombre (podemos recordar a Homero y Hesíodo, pero
también la crítica de Simónides de Keos a los trágicos, pero también a los
comediógrafos; el De Natura deorum, de Cicerón, pero también la crítica severa
del De civitate Dei, de Agustín). Se comprende fácilmente, en el esfuerzo de
los santos Padres, el acento en los semina Verbi y, en la especulación
escolástica, la insistencia en la armonía entre la razón y la fe. Pero ya en el
humanismo se contrapone una indignitas, con temas relativos a la locura, a la
dignitas hominis. En este clima, junto con otras razones más específicamente
sociales y políticas, se sitúa la Reforma.
Con el Tratado
teológico-político, de Spinoza, se puede señalar el comienzo, en la etapa de la
Ilustración la puesta a punto temática, y con la filosofía romántico-idealista
la definición en sentido moderno de la filosofía de la religión. Hay que recordar al
menos la Educación del género humano, de Lessing, la Religión dentro de los
limites de la pura Razón, de Kan, las Lecciones sobre la filosofía de la
Religión, de Hegel, y la Filosofía de la revelación, de Schelling. Con este
filón se entrecruza otro, de crítica de la religión: el de Hamann, Kierkegaard.
Es evidente que el problema religioso está presente y encuentra diversas
soluciones en todas las corrientes de pensamiento, hasta el reciente
«pensamiento débil".
Hay que aludir particularmente a
la «Izquierda hegeliana" para la que la Aufhebung de la religión debería
haber significado la eliminación definitiva de la misma en el pensamiento y en
la vida del «hombre nuevo". Con La esencia del cristianismo y La esencia
de la religión a través de la reducción a la antropología primero, y a la
fisiología después, se prepara el camino para el materialismo dialéctico de
Marx, que incluye a la religión entre las superestructuras que deberían
desaparecer automáticamente con la solución de su raíz, el capital. De todas formas,
conviene recordar el contexto de aquella definición tan célebre de la religión
como «opio del pueblo. «La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de
la miseria real y por la otra, la protesta contra la miseria real. La religión
es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así
como es el espíritu de una situación carente de espíritu" (K. Marx,
Introducción a la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, 1843, en K.
Marx - F, Engels, Sobre la religión, Salamanca 1974, 94). El pensamiento se
convirtió en ideología y finalmente ha acabado la ideología, pero no la
religión (ni tampoco, por desgracia, la miseria).
LOS COMIENZOS DE LA
FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN
La
filosofía de la religión es un tema moderno, ya que en la antigüedad o el
medioevo no se reflexionaba sobre la religión, se reflexionaba sobre Dios.
La
teología revelada apelaba directamente a la fe, el hombre debía acatar la
escritura. La teología natural, pretendía hacer un hueco a la razón partiendo del
reino de lo visible, de lo experimentable. Desde Ramón Sabunde (médico catalán
del siglo XV) hasta Ch. Wolf, pasando por las cinco vías de Tomás de Aquino, la teología natural nunca se
jactó de haber demostrado la existencia de Dios, se limitó a sostener la
posibilidad de tal demostración.
Wolf insistió siempre en que la
teología, natural para la que exigía un estatuto de autonomía desvinculada de
la revelación, debía ajustarse a los principios de la razón y la experiencia.
La línea de Wolf fue continuada por su discípulo más importante, A.C Baumgarten. Concibe la teología
natural como un conocimiento de Dios sin ayuda de la fe. Estos hombres
fueron abriendo una brecha, creando un espacio propio para la teología natural,
espacio propio que, paradójicamente fue su tumba, condenándola a una muerte
segura en la segunda mitad del siglo XVIII a manos de I. Kant. La censura
prusiana prohibió la obra de Kant que transformaba la teología natural en
filosofía de la religión, se trata de La religión dentro de los límites
de la mera razón (1795). Para K Feiereis, quien ha dedicado una
exhaustiva monografía a la transformación de la teología natural en filosofía
de la religión, el creador
del término fue S. Von Storchenau en 1784. A nosotros nos parece
correcto concluir que, aunque el creador del término fue Storchenau, el auténtico padre de la
filosofía de la religión fue Kant. Fue el quien la propuso como culminación de
los estudios de los estudios de teología. El hecho de que no llegara a
emplear el término carece de importancia. Es cierto que fueron hombres de poco
relieve filosófico los que entre 1794 y 1798, consumaron el paso de la philosophische
Religionslehere (teoría filosófica de la religión) kantiana a la
filosofía de la religión. Pero se trató de un paso meramente formal. Sus
discípulos (Heydenreich y Jacob, entre otros) fueron ocupando cátedras de
filosofía de la religión y deslindando los contenidos y métodos de la nueva
disciplina.
EL GIRO ANTROPOLÓGICO
El universo religioso consta de dos polos, Dios y el
hombre. La historia de las religiones muestra las oscilaciones de la relación.
Hegel señaló que la teología natural sólo se ocupaba del primer polo que
nosotros hemos señalado, en cambio la filosofía de la religión se abre al
segundo polo, el hombre.
Es sabido que Kant
"retrotrajo todo a la subjetividad humana buscando en el sujeto personal
(yo, nos) la clave de la solución ".La revolución kantiana sitúa al hombre en el centro de
todo. Y el hombre, en concreto su sentimiento religioso, será el centro del
pensamiento de Schleiermacher. Ni la razón, ni el pensamiento conducen a Dios.
Ni la iglesia, ni los evangelios, conducen en última instancia a Dios, sino el
hombre. De él parte Schleiermacher y como buen romántico, otorga
primacía a la sensibilidad, a las emociones, al sentimiento. Hegel ironizó
sobre esta "teología del sentimiento" pero Schleirmacher no quería conocer a Dios sino
sentirlo. La esencia de la religión no era para él pensar y actuar sino sentir
e intuir.
EL DESCUBRIMIENTO DE
NUEVAS RELIGIONES.
Durante
mucho tiempo la religión no constituía un problema. Existía el problema de
Dios. Se daba por supuesto que el cristianismo era la única religión verdadera.
La filosofía de la religión tuvo que
reflexionar sobre la pluralidad de las religiones descubiertas en la modernidad
por viajeros, comerciantes, misioneros, etnólogos y un largo etcétera.
Se
presentaban problemas abrumadores para la filosofía de la religión ¿eran todas
verdaderas? ¿Había alguna religión superior a las otras? Hegel afirmaba que el cristianismo era la
religión absoluta porque era la religión de la libertad y del espíritu, pero no
se incurriría así en la "tiranía del único anillo".
LA QUIEBRA DEL
PENSAMIENTO DOGMÁTICO
El nacimiento de la filosofía de la
religión fue posible porque en el proceso que venimos narrando, muchos
absolutos saltaron hechos añicos. La Filosofía de la religión sólo encontró su espacio cuando Europa se
liberó de la asfixiante tutela religiosa en la que vivía. Toda la convulsión
que supuso el descubrimiento de nuevas religiones en el Renacimiento, de nuevas
zonas geográficas, hizo que el viejo mundo se resquebrajara, subiendo aún más
de tono con la Reforma. Es difícil imaginar la sacudida y alteración de
esquemas que la irrupción del protestantismo supuso para la Europa cristiana. Lutero sacudió dogmas,
autoridades y tradiciones. Europa conoció guerras de religión que la
devastaron, la Iglesia creó una inquisición que prendió fuego a pensadores y
disidentes.
Sólo en aguas tan agitadas pudo nacer la
filosofía de la religión. Lutero había dividido a la Iglesia y una iglesia
dividida era una iglesia desmitificada en la que cabían diferentes
interpretaciones de Dios. Partiendo de este hecho, importantes sectores de la
modernidad pasarán a no tener "ninguna" concepción de dios y
profesarán abiertamente el ateísmo.
EL CONCEPTO DE
FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN.
La filosofía de la religión no puede
ahorrarse lo que Hegel llama el "esfuerzo conceptual". Es una empresa
eminentemente teórica. Según él, la función de esta disciplina no consiste en hacer a los hombres
religiosos, ateos o agnósticos, sino hacerlos lúcidos. La filosofía de
la religión como cualquier otra filosofía, tiene grandes obligaciones contraídas
con el verbo ser, no basta con describir cómo funciona la religión, ni para qué
sirve. Es necesario intentar la definición sustantiva, la que se pregunta por
el ser de la religión. Esta pregunta está de antemano condenada al fracaso si
se renuncia a la ayuda que le viene de las ciencias de la religión.
CRITICA
La filosofía
de la religión es la rama de
la filosofía que se ocupa del
estudio reflexivo a profundidad de la religión,
incluyendo argumentos sobre la naturaleza y existencia
de Dios, el problema del mal,
la relación entre la religión y otros sistemas de valores como la ciencia y la
ética.
Pero a la hora de interpretar el concepto de filosofía de la religión, y
filosofía religiosa puede generarse confusión en el pensamiento del ser humano
llegando a una interpretación incorrecta, como lo aclaraba el autor. La
filosofía de la religión hace alusión al pensamiento filosófico que puede ser
estudiado por creyentes y no creyentes, mientras que la filosofía religiosa se
rige a partir de una corriente (islam, cristiana).
Llegando a todo esto, se dice que el ser humano necesita de un ser
trascendental por naturaleza. El hombre nace espiritual, y al serlo, es
religioso. De esta manera, la filosofía
de la religión intenta responder a
interrogantes que busca una respuesta a un sinfín de preguntas que cuestionan
la naturaleza del ser humano.
No obstante esta naturaleza se cuestiona en la Edad antigua y medieval
con el paso del mythos al logos
planteada en la patrística y la escolástica, de la cual todo hacía referencia a
una razón, una verdad absoluta. Durante esta etapa, la filosofía cristiana toma
gran fuerzas, gracias a que se imparte en compañía de la teología de la cual
demostraban que Dios era el camino a la verdad alcanzado por la razón.
Pero el autor difiere
que la filosofía de la religión en el medioevo
no vio tal como un tema de reflexión, sino como un tema de reflexión de
Dios. De la cual es de gran importancia saber que el pensamiento de la religión
no solo es un tema moderno, sino que siempre ha existido desde la creación,
pero la óptica del ser humano la ha desviado o la ha aclarecido según desde su
posición. Durante el medioevo se hablaba solo de Dios, ya que el fuerte en esta
época fue la teología por medio de la patrística, concentrándose así en un sólo
tema; Dios.
La antropología juega un papel fundamental en la filosofía de la religión.
Sitúa que el universo religioso consta
de dos polos, Dios y el hombre. La revolución kantiana sitúa al hombre en el
centro de todo. Y el hombre, en concreto su sentimiento religioso, será el
centro del pensamiento de Schleiermacher. Ni la razón, ni el pensamiento
conducen a Dios. Ni la iglesia, ni los evangelios, conducen en última instancia
a Dios, sino el hombre. De él parte Schleiermacher y como buen romántico,
otorga primacía a la sensibilidad, a las emociones, al sentimiento. Hegel
ironizó sobre esta "teología del sentimiento" pero Schleirmacher no
quería conocer a Dios sino sentirlo. La esencia de la religión no era para él
pensar y actuar sino sentir e intuir.
Schleiermacher genera controversia para algunos con su manera de pensar,
y de cómo sitúa la concepción que tiene el hombre frente a Dios. Al él decir
que los medios de evangelización visibles pueden ser incorrectos para el
conocimiento absoluto de Dios, pone en el centro solo al hombre, puesto que el
hombre es signo de comunicación e interacción. Pero al pensar la idea de schleiermacher
que para conocer verdaderamente a Dios se debe sentir e intuir sin necesidad de
la razón, puede ser una idea contradictoria pensar y actuar, debido a que para sentir a Dios debemos pensar en él
y actuar de una manera que se haga presente esa conexión por medio de los
sentidos. De esta manera el hombre si quiere sentir a Dios primero debe pensar
y actuar de una manera que conduzca a un momento intuición.
La filosofía de la Religión no consiste en hacer
a los hombres religiosos, ateos o agnósticos, sino hacerlos lúcidos. La
filosofía de la religión como cualquier otra filosofía, tiene grandes
obligaciones contraídas con el verbo ser, no basta con describir cómo funciona
la religión, ni para qué sirve. El pensamiento del ser humano debe de
transcender más allá y experimentar un camino que conduzca a una verdadera
interpretación frente a lo que el ser se pregunta sobre la religión.

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