2 BLOQUE. METAFÍSICA.. TALES DE MILETO.
INTRODUCCIÓN.
Muchos son los que
hablan de la metafísica como de algo oscurantista y retrógrado, pero lo
cierto es que esta disciplina hace parte de las corrientes principales de la
filosofía.
De hecho, la metafísica es muy popular pues explora
conceptos tales como la cura, la muerte y la vida después de la muerte, el
mundo del espíritu, el tarot, la meditación, la astrología y todo lo
sobrenatural, todas cuestiones que han sido interrogantes de la humanidad a
lo largo de los años. Muchos
de los grandes pensadores de Occidente han considerado a la Metafísica como
la ciencia más elevada por investigar aquellos principios fundamentales de la
realidad más allá de los cuales no se puede ir. Según ellos, la Metafísica es la
ciencia por medio de la cual el hombre descubre el significado de todos los
significados y la realidad como efectivamente en sí misma. No obstante la Metafísica a
atraves de su historia ha sido también la ciencia más cuestionada. Para
algunos se trata de una ciencia imposible porque nunca podemos conocer lo que
la realidad es en sí misma; para otros no se trata de una ciencia sino más
bien de una inmersión inmediata en la realidad.
Este conflicto ha surgido porque algunos filósofos ven la
razón como algo que surge de la realidad y se mantienen estrechamente
vinculado a ella, mientras que otros tratan más bien de reducir la realidad
exclusivamente a lo que se da en la razón.
Para el estudiante que se inicia en este controvertido
campo, tal vez la mejor forma de entender lo que es la metafísica y sus
pretensiones científicas es entiendo primero a su génesis y a los conceptos
generales sobre su naturaleza. Razón por la cual este módulo es una excelente
herramienta para quien se interese por profundizar más sobre cuestiones
metafísicas.
OBJETIVO
GENERAL
Formar en el estudiante una serie de conocimientos,
técnicas y herramientas respecto a la metafísica que sean determinantes para un cambio de paradigmas y
modificaciones en su raciocinio, de forma progresiva, para mejorar su
realidad personal.
OBJETIVOS
ESPECÍFICOS
·
Dar a conocer la historia básica de la
reflexión metafísica y sus principios que rigen el proceso de crecimiento del
ser humano, dentro de nuestro planeta.
·
Preparar y formar a jóvenes que asuman
la responsabilidad de trabajar por el servicio a otros multiplicando el
efecto del cambio, ayudando a las personas al reflexionar metafísico,
sacándolas del sistema, formándolas y apoyándolas.
·
Ofrecer en el joven un conocimiento
puntual acerca de la metafísica, para aquellos que deseen continuar en su
camino evolutivo de la razón.
OBJETIVO
DE LA METAFÍSICA
Para comenzar
hablar de metafísica, debemos conocer su etimología, La palabra «metafísica»
deriva del griego μετὰ φυσική, que significa «más allá de la naturaleza o más
allá de la física»; es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza,
estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad.
La metafísica es considera la causa absolutamente última
de todo el universo, investigando cuál es, cómo influye en el mundo, y qué
naturaleza tiene. El primero es la ontología, que en palabras de Aristóteles
viene a ser la ciencia que estudia el ser en cuanto ser; el segundo es el de
la teleología, que es el estudio de los fines como causa última de la
realidad. Sabiendo que desde su principio la causa última de todas las cosas
es Dios; esto será los temas capitales de la metafísica.
Situándonos
en un plano metafísico, la metafísica
busca abarcar en su estudio toda la realidad, por eso se distingue de todas
las otras ciencias particulares, que sólo atienden a un sector determinado
del mundo.
Mirando el objeto de la metafísica se mira la Causa
Próxima, que son las que producen de modo inmediato determinados efectos.
Ejemplo: Un motor es el que hace mover el carro o el corazón es el órgano que
impulsa la circulación sanguínea.
Otro punto son Las Causas Última o Supremas, son las que
extienden su influjo a todos los efectos de un determinado orden. Ejemplo: El
deseo de la paz con relación a todo el obrar humano o Un gobernante respecto
a su nación.
La metafísica como
ciencia, ciencia del ente en cuanto ente, tiene como objeto dos
clasificaciones, la primera es el objeto material, que es el conjunto de las
cosas estudiadas por un saber científico, y el objeto formal, o aspecto que
cada ciencia considera en el ámbito de su objeto material. Siendo así
diferenciándolas de todas las ciencias, por las otras buscan conocer algún
sector de la realidad y buscan la investigación científica que define cada
ciencia y dando unidad interna a todos los conocimientos que la componen.
En su búsqueda la metafísica estudia el ente en cuanto
ente, pero mira más afondo en sus propiedades y causas, pero ha de haber una
ciencia que estudie la realidad, fijándose en aquello que todas las cosas que
tienen en común, esto es en cuanto “son” cosas, algo “real”.
Pero antes de hablar de propiedades y causas de la
metafísica, debemos hablar de ente, que son las que ordinariamente se le
llaman cosas, realidades o seres, en metafísica reciben el nombre de entes.
Ente significa “lo que es”, dotado de la propiedad del ser.
La metafísica trata las propiedades que resultan de las
cosas en cuantos entes, le corresponde
descubrir si hay aspectos que se desprenden del ser de las cosas o no, y su
causa es que la metafísica debe estudiar la causa de los entes en cuanto
entes, en donde esto lleva a mirar el objeto de la metafísica. En donde la
metafísica llega a la causa del ser de las cosas, que es Dios Creador.
Llegando más afondo
de estas cosas hay grandes personajes que se destacan como los que han
aportado a través de la historia a la metafísica como: Aristóteles, Santo
Tomás de Aquino, Heidegger, entre otros.
Santo Tomás de Aquino, desarrolla el núcleo de la
metafísica, el ser como acto, teniendo una noción de ese como acto último y
la composición de ser y esencia característica de toda criatura, constituyen
uno de los temas primordiales de la metafísica y de la teología de Santo
Tomás, en donde se halla un sinnúmero de cuestiones que resultarían menos
inteligibles sin el recurso al ser como acto último del ente:
Naturaleza metafísica de Dios, en donde se caracteriza
por ser un Acto Puro de Ser, que
subsiste por sí mismo. Su esencia es su mismo ser.
La distancia entre
el Creador y las criaturas, en donde se descubre el acto intrínseco y
constitutivo de la criatura es el ser, en donde la creatura comprende las
cosas que reflejan la perfección de Dios, y en ello alcanzamos un
conocimiento de su causa.
Dependencia absoluta de todos los entes con respecto a
Dios, es causa creadora y conservadora del ser que la criatura posee por
participación.
La distinción entre criatura espiritual y material, en
donde la estructura de esencia y el acto de la esencia permite advertir la
finitud las criaturas espirituales.
En la metafísica de Aristóteles, el plantea unos métodos
en donde la participación-casualidad aristotélica podría dar los siguientes
rasgos:
Es fundamentalmente horizontal, no expresa tanto la
dependencia al motor inmóvil, en cuanto el flujo de los seres de este cosmos
en aquellos otros sobre los que ejercen causalidad.
Se podría hablar de una inversión de perspectivas, la
última explicación de las cuestiones lógicas buscan en Aristóteles una
respuesta eminentemente metafísica, en donde la relación expresada por la
participación-casualidad aristotélica podría clasificarse, como un influjo
real-físico.
La tercera nota es su índole de presencia intrínseca.
Para Aristóteles participar es comunicar, explica la realidad del efecto en
cuestión y la semejanza con su causa.
En Heidegger, su gran trabajo, fue la diferencia
ontológica, en donde no se ocupa en primer plano de la existencia sino del
ser, por eso pertenece a la ontología. Explica que la metafísica tradicional
no ha hablado en absoluto del ser como tal, sino que sólo se limitó siempre
al ente.
PRESOCRATICOS
TALES DE MILETO
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Las
fuentes procedentes de Diógenes Laercio y de Suidas datan el nacimiento de
Tales en torno al año 640 a.n.e., y su muerte hacia el 545. Ahora bien, la fecha, generalmente
aceptada, de la madurez de Tales es el 585, año en que tuvo lugar un eclipse
de sol que el milesio Tales predijo, según testimonio de Herodoto. Si
suponemos que en esta fecha tenía entre 40 y 45 años (edad aceptada como
propia de la madurez de un pensador), entonces la fecha de su nacimiento no
debe situarse más allá del 630 ó 625 a.n.e., fecha que concuerda
aproximadamente con la de la olimpíada 39 (624) que transmite también
Diógenes Laercio.
Los testimonios nos informan de dos obras
atribuidas a Tales (una,
denominada Astrología Náutica, y otra Sobre los
solsticios y los equinoccios), sin embargo, los propios
testimonios conceden escaso valor a estas informaciones. Lo que sí parece
cierto es que Tales visitó Egipto, según testimonio de Josepho y de Aecio,
quien le atribuye, además, una teoría sobre las crecidas del Nilo
La
tradición considera a Tales como uno de los siete sabios, con los
atributos propios del sabio distraído que cae a un pozo por ir observando las
estrellas, o como el sabio desinteresado a quien no interesan las riquezas,
pero que demuestra a sus conciudadanos «qué fácil resulta a los filósofos
enriquecerse cuando quieren hacerlo».
Otras
veces, Tales es presentado como el arquetipo de científico interesado por
múltiples especialidades, aún en estado embrionario, como la astronomía
(eclipse de sol del 585) y la geometría. A Tales se le atribuye el descubrimiento de cinco teoremas
geométricos. En primer lugar, el teorema relativo a la
proporcionalidad de los segmentos cortados por rectas paralelas. El teorema,
de dudosa atribución a Tales a pesar de llevar su nombre en la mayoría de los
tratados elementales de geometría, aparece demostrado por primera vez en el
libro VI de los Elementa de Euclides. No obstante, la atribución
no carece de fundamento pues Tales lo habría, al menos, ejercitado en la
determinación de la altura de las pirámides. Proclo atribuye, además, a Tales
los tres teoremas siguientes (Diels-Kranz, 11 A 20): de la bisección del
círculo, de la igualdad de los ángulos de la base en un triángulo isósceles,
y de la igualdad de los ángulos opuestos por el vértice. Por último, según
nos transmite D. Laercio (I, 24-25), Panfila atribuye a Tales el
descubrimiento del teorema del triángulo diametral.
La
imagen de Tales que las anécdotas de Herodoto nos transmiten es la imagen, no
ya de un científico especializado, sino de un hombre práctico, de un
ingeniero que presenta al rey Creso (en su campaña contra Ciro) un expediente
para desviar el río Halis o de un organizador político que antes de la ruina
de la Jonia aconseja la federación de sus ciudades con una junta suprema en
Teos.
Pero
la tradición considera a Tales no sólo como un sabio, un científico o un
hombre práctico, sino, ante todo como un filósofo, más aún, como el fundador
de la Filosofía (Aristóteles, Laercio). En este sentido, Tales habría
enunciado, de acuerdo con la escasa información de los testimonios, las tres
tesis filosóficas siguientes:
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La
tesis de Tales «todo es agua» (Aristóteles, Metafísica, A,
3, 983 b 6) es una afirmación científica categorial, queriendo enunciar algo
así como que Tales habría dicho más o menos que el agua entra a formar parte
en un setenta por ciento en la constitución de los organismos —tal como
enuncia la ciencia moderna—, o debe ser considerada más bien como una tesis
de tipo filosófico?
Tal
pregunta polariza las interpretaciones de Tales en dos sentidos: Tales
científico (astrónomo, meteorólogo, ingeniero, &c.; es decir la versión
de Tales como un maestro de sabiduría) y Tales filósofo, en
cuanto iniciador de un tipo de pensamiento (no sólo de una escuela, sino también de una tradición), que aunque no se puede
denominar propiamente filosofía, se constituye como una especie de
protofilosofía que caracterizamos como «metafísica», y como una etapa necesaria al advenimiento de la
filosofía. La pregunta retrotrae la cuestión de las interpretaciones de Tales
a la relación entre ciencia y filosofía, y entre categorías e ideas, cuestión
tanto más importante en un caso, como el de Tales, en el que las actividades
científicas y filosóficas coinciden en la misma persona subjetiva.
Consideramos que la tesis de Tales («todo es
agua»), en cuanto solidaria de la idea de physis es una
proposición filosófica y no una afirmación de tipo científico. Si
interpretamos a Tales como un científico o como un físico no se podría
justificar desde ningún punto de vista la afirmación «todo es agua»:
a) Ad primum. No
es justificable desde el punto de vista de la observación empírica puesto que
ningún dato observable nos permitiría afirmar la omnipresencia del agua en el
mundo de la naturaleza. Podría concederse incluso que desde un punto de vista
físico la afirmación no es ajustada, pero que Tales puede ser interpretado
desde supuestos químicos, puesto que a partir del hidrógeno, sustancia que
genera el agua, se pueden sintetizar todos los demás elementos o también
interpretado como un biólogo, al modo como se plantea en la pregunta
anterior. Pero en ambos casos no es aplicable la afirmación de Tales.
Interpretar a Tales como un químico es completamente anacrónico, supondría
que los griegos tendrían un concepto del agua semejante al nuestro, como H2O.
En el segundo caso (Tales como biólogo) se limita la afirmación de Tales a
los organismos, y dentro de estos a un setenta por ciento, lo que supondría
admitir que, en todo caso, Tales se habría equivocado en un treinta por
ciento.
b) Ad secundum. Aún en el supuesto de
la omnipresencia del agua empírica en el mundo de la naturaleza, la tesis de
Tales tiene un sentido más radical; pues no solamente son agua las
determinaciones físicas, sino que la «totalización» abarca a las
determinaciones morales, psicológicas, políticas, etc; es decir, a todos los
contenidos del mundo (Mi). Este sentido radical, esta extensión
del todo al Mundus adspectabilis, nunca sería legítimo desde un
punto de vista científico.
El agua de Tales, en cuanto solidaria de la
idea de physis se caracteriza por ser:
a) Un monismo
naturalista, consistente en la reducción de todas la formas
del universo a determinaciones naturalistas o físicas, propias del primer
género de la materia, pero que al ejercer este carácter totalizante dejan de
ser meramente físicas en el sentido estrictamente científico; y
b) Un monismo
de la sustancia, consistente en la elección de una forma o sustancia
física (el agua), que, siendo parte, se eleva a la categoría
del todo, como sustancia primordial o arjé, negándose
como parte, pero sin aniquilar, al mismo tiempo, el mundo de las formas . Al menos es en este sentido
como cabe interpretar la afirmación de Aristóteles de que «si las sustancias
físicas fueran las primeras entre todas las esencias, entonces la física
sería la Filosofía primera» o Metafísica.
Ahora bien, por vía modus ponensestableceremos: «las sustancias
físicas —para Tales y los milesios— son las primeras entre todas las
sustancias» (salva veritate), luego, concluimos nosotros, «la
afirmación de Tales respecto al agua no es de índole física, sino más bien
metafísica».
En este orden de cosas es necesario afirmar
que la tradición iniciada por Tales de Mileto no se reduce a una especie de
curiosidad científica, que se incluye, no se sabe por medio de qué
mecanismos, en la Historia de la filosofía. Denominamos al período del
pensamiento presocrático como una «protofilosofía», como un tipo de reflexión
objetiva sobre temas que, probablemente, son ya patrimonio del pensamiento
mítico, como mítica es ya la idea de la reducción de todas las cosas a un
todo. Pero esta reducción, presente ya en el mito, se presenta ahora bajo la
forma «filosófica» de unmonismo axiomático.
¿La filosofía de Tales se agota en el
monismo, o es este monismo una herencia mítica, que tomado como material de
la reflexión filosófica terminará por ser triturado?
Desde supuestos diversos se propenderá a
valorar de Tales su monismo. Desde un punto de vista teológico Tales habría enunciado, aunque
obscuramente, una verdad fundamental: que todo procede de un primer principio
divino (versión teológica de la tesis del hilozoísmo). Heidegger
valorará también el monismo de Tales, desde el cual habría captado «el
sentido del ser». Incluso desde supuestos materialistas groseros se valorará
de Tales su monismo naturalista.
En
este orden de cosas es paradigmática la tesis de Gomperz quien valora en los
filósofos jonios su monismo naturalista y concibe esta tendencia
al monismo como una tendencia a la sabiduría. Según Gomperz
lo esencial en estos primeros filósofos consistiría, en primer lugar, en la
adopción del punto de vista físico (científico positivo) y como consecuencia
de esta perspectiva los presocráticos habrían enunciado dos tesis presentes
en la física moderna: a) el reconocimiento de la existencia de sustancias
elementales, y b) la
idea de que la materia es indestructible, de que la materia solamente se
transforma. En segundo lugar, según Gomperz, los jonios se
caracterizarían por la superación del punto de vista científico positivo, el
de la pluralidad de las sustancias elementales, en pro de la unidad de estas
sustancias; es decir, en pro del monismo. Este monismo es valorado de tal
modo por este pensador que advierte, incluso, que la tendencia al monismo
comienza a aparecer en los últimos adelantos científicos que propugnan una
especie de protomateria como componente esencial de los
átomos de todos los elementos.
La
interpretación metafísica positiva de Tales propende a identificar la
racionalidad con el monismo. Desde
una perspectiva crítica, no metafísica, concebir racionalmente la realidad no
consiste en concebir la realidad como un todo sino concebir la unidad de esa
realidad de un modo racional. Si simbolizamos la tendencia al monismo
por m (inicial de mónoV) y el racionalismo
por l (inicial delógoV), entonces m = l caracterizaría la
valoración positiva metafísica del monismo. En cambio, la
fórmula (m » l) = p, siendo p î m y p î l podría
caracterizar la interpretación racionalista del monismo presocrático.
La
identificación del monismo con la racionalidad está hecha desde supuestos
metafísicos:
lo que hay de verdad en la filosofía de Tales es el monismo. Pero si se
admite esto, entonces no hay forma posible de establecer la diferencia entre
los relatos míticos y el pensamiento filosófico presocrático, pues la idea de
reducción de todas las cosas a una unidad no es específica de los milesios,
sino que la toman de las concepciones míticas totalizantes de Hesíodo o del
orfismo (el huevo primordial). Igualmente la concepción de la tierra en forma
circular, como un plato que «flota sobre el agua», no es original de Tales,
como tampoco es original la omnipresencia del agua si hacemos caso al
testimonio de Aristóteles: «Pero algunos consideran también que los hombres
más antiguos, muy anteriores a la generación actual y los primeros en hablar
sobre los dioses, pensaron así [como Tales] sobre la naturaleza. Hicieron, en
efecto, a Océano y Tetis, padres de la generación, y del juramento de los
dioses agua —denominada por los poetas mismos Estigia—, ya que lo más antiguo es lo
más venerado y lo más venerado es el juramento» Metafísica.
Desde
una perspectiva no metafísica, las ideas de Todo y del universo en forma
circular son temas propios de la conciencia mitológica que actúan ad
modum de material sobre el cual reflexiona la razón filosófica. Lo esencial para el
materialismo es que estos primeros pensadores empiezan a organizar este
material de una forma diferente, con una racionalidad distinta de la
racionalidad propia del mito. Por ello la fórmula m » l, propuesta más
arriba, es engañosa por ser demasiado abstracta; es decir, por cuanto la fórmula no es capaz de
diferenciar la racionalidad propia del mito de la racionalidad filosófica, y
sólo es útil a efectos de diferenciar la perspectiva crítica de la
perspectiva metafísica positiva presente en la fórmula m = l.
Desde la perspectiva crítica, desde la cual
tratamos de interpretar a Tales, lo específico de su pensamiento y por lo que
lo valoramos, no es haber concebido la realidad como un todo sino concebir la
unidad de esa realidad según lo que hemos denominado la racionalidad en
sentido estricto (propia de la ciencia y de la filosofía). Según la
racionalidad en sentido estricto, las ideas presentes en el relato mítico
comienzan a organizarse de tal modo que las operaciones, —que
en el mito van ligadas a sujetos insustituibles (los dioses)— en el logos, están
asociadas a sujetos (humanos) en tanto son sustituibles unos por otros; y
las relaciones —organizadas en el mito como relaciones
personales, como relaciones de parentesco— aparecen ahora como relaciones
necesarias que se establecen entre los fenómenos, como leyes que pueden ser
descubiertas por el logos.
El racionalismo estricto incluye, como hemos
visto, el ejercicio de actividades y operaciones individuales, pero de tal
suerte que la propia actividad, aún la más individual, se realiza mediante su
absorción en un orden transindividual y objetivo que, en la época de Tales se
estaría realizando en la actividad geométrica y en la razón jurídica-política
solidaria del nomos democrático. En la demostración de
sus teoremas geométricos, Tales estaría ejercitando o realizando la idea de
razón en sentido estricto.
El modelo geométrico de racionalidad podría
haber servido a Tales para extenderlo a todo el universo. Lo que Tales habría
encontrado en este modelo geométrico, no es la concepción circular del
universo, dado que tal modelo circular estaba ya presente con carácter
totalizante en el mito (el “huevo órfico”), sino más bien la autonomización de
esta totalidad, dado que en el mito ésta no es autónoma. No cabe, pues,
hablar de un primer principio extraño a esa totalización. El arjé (a1rch')
como primer principio es inmanente a este todo que no tiene un comienzo
temporal pues la physis(fúsiV) es el ahora y siempre que sostiene
el universo visible. El modelo geométrico extendido al universo, tritura las
concepciones míticas. La circunferencia al girar no tiene arriba y abajo, y
esta concepción extendida al universo elimina los soportes del cielo y de la
tierra. El universo ya no necesita columnas.
¿La
identificación del arjé con el agua, es decir, con una forma
determinada, propia del mundo de las formas, que adquiere los atributos del
todo, es una tentativa racional o es, por contra, una tentativa carente
totalmente de sentido?
Anaximandro
ya habría objetado a Tales que el arjé no puede ser nada
determinado porque es infinito y «si alguno de los elementos fuera infinito
sus contrarios serían destruidos por él». (Simplicio. Desde esta
perspectiva la tentativa de Tales habría sido completamente estéril. La
dificultad implícita en el racionalismo de Tales, puesta de manifiesto por
Anaximandro, sólo se puede apreciar cuando tal modelo comienza a romperse
internamente. De este modo la crítica de Anaximandro se nos presenta como un
desarrollo interno del racionalismo de Tales, y éste como una fase previa y
necesaria del desarrollo de la razón. Pues lo que importa en Historia de la
filosofía no es que Tales se equivocó, sino comprender la necesidad interna
del desarrollo racional.
Tales instituye un proceso dialéctico entre
las partes y los todos: el agua, como parte del todo, debe negarse como tal
parte para convertirse en el todo, pero siendo fenómeno o parte al mismo
tiempo.
Esta dialéctica es una idea que está presente
en multitud de formas de pensamiento: lashomeomerías de
Anaxágoras (al menos una de sus acepciones), la mónada de
Leibniz, el metafinitomatemático, la omnipresencia del alma en
todas y cada una de las partes del cuerpo («toda en cada una de las partes
del cuerpo, y toda en su conjunto», Plotino, IV Enéada, II,
1). Pero no se trata de justificar la tesis de Tales con la persistencia de
esta idea en nuestra tradición cultural pues, en todo caso, sería esta
persistencia la que quedaría justificada a partir de su origen en Tales.
Lo que
es verdaderamente importante es que este proceso dialéctico debería estar
presente de alguna manera en las propiedades del agua empírica, aquellas
propiedades que Tales pudo observar para poder elevarla a la categoría del
todo.
Por ello, es necesario constatar qué propiedades del agua empírica son
capaces cumplir las dos funciones dialécticas siguientes:
a) El arjé se presenta como
fenómeno. Al realizarse como fenómeno
el arjé adoptará la forma del fenómeno consistente en
ocultarse a sí mismo como arjé. La propia transparencia del
agua oculta la riqueza de los contenidos disueltos en ella. La transparencia es,
pues, una propiedad del agua empírica con una función completamente apariencial que
nos oculta la realidadcontenida en ella. Todas las cosas se
convierten u ocultan en el agua (la tierra, por ejemplo, al disolverse como
lo hace la sal o el azúcar). Por ello, la distinción entre apariencia
/ realidad está siendo ejercitada ya por el propio Tales.
b) El fenómeno como arjé. El fenómeno o forma, en cuanto parte, debe
negarse como tal para desempeñar el papel de la totalidad. Esto sólo será
posible en tanto en cuanto el fenómeno elegido contenga en sí mismo el
esquema de transformación en las demás partes, de tal modo que todas las
formas del mundo (A, B, C, ...) no son sino transformados de la misma
sustancia (monismo de la sustancia). Contribuiría a la elección del agua como
sustancia primordial capaz de transformarse en otras muchas formas, el hecho
de los diferentes estados en que se presenta el agua: sólido, líquido y
gaseoso; también la observación de su transformación en mármol en las
cavernas (las estalactitas, según cuenta Jenófanes de Colofón. Pero, sobre
todo, el agua empírica parece poseer esta propiedad metamórfica en los
procesos de rarefacción (mánwsiV) y condensación (púknwsiV).
En el
concepto del racionalismo del grupo de transformaciones (propio
de la escuela milesia), están contenidas múltiples ideas, algunas explícitas
en los propios fragmentos de Tales, y otras cuya atribución parece obligada.
1) El hilozoísmo. La cota máxima de
condensación funcionaría en Tales como una idea límite en el sentido de que
si bien no es posible su realización absoluta, puesto que en tal
caso desaparecería el mundo de las formas, sin embargo a mayor condensación
relativa correspondería mayor sustancia relativa. De
este modo, la abundancia del agua, más que extensiva, sería intensiva y
aparecerá sobre todo en las determinaciones más ricas, como en la vida y en
los organismos (hilozoísmo). El proceso de la vida no consistirá,
pues, sino en el mismo proceso de conservación del grado de condensación, que
cuando no ocurre conlleva a la muerte.
2) La Idea de continuo. La Idea de
transformación de unas cosas en otras contiene la idea de continuidad (de
un monismo continuista). En última instancia todas las
partes del mundo no son sino metamorfosis de lo mismo. En el agua empírica
las partes del agua se absorben en el todo perdiendo sus perfiles (la gota de
agua desaparece en el conjunto de las gotas, y el movimiento se propaga por
continuidad en el agua a partir de un centro). La transformación de unas
cosas en otras se produce en Tales de un modo directo e inmediato.
3) La Idea de eterno retorno. El mundo de
Tales sería un mundo atemporal. La fúsiV es
aquello de lo que todo procede ahora y siempre. El universo de Tales no da
lugar a una disolución temporal de las formas, dado que el proceso es siempre
reversible: a toda condensación corresponde siempre una rarefacción y
viceversa.
4) Una antropología relativista. La
reversibilidad de las transformaciones concluye necesariamente en una moral
de corte relativista: todos los valores son, al fin y al cabo, simples
transformaciones de la misma sustancia. Este proceso reversible sirve a la
vez de argumento a la organización democrática de la política, e, incluso,
las división entre los pueblos (griegos / bárbaros) es relativa.
5) Modelo reflexivo del conocimiento. El
agua como esquema de identidad podría haber servido a Tales para establecer
una teoría del conocimiento y de la visión como reflexión. El ojo es agua o
humor acuoso que refleja los objetos externos, al igual que el agua de las
charcas refleja los arbustos de sus orillas.
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