9 BLOQUE. METAFÍSICA. METAFÍSICA ATEA.
Ateísmo
El ateísmo es el rechazo a la creencia en la existencia de uno o más
dioses. En sentido estricto, es la postura expresa en la que no existe ningún
dios. Por extensión, es la ausencia de
creencia en que exista algún dios. Se opone al teísmo, que en su forma más
general es la creencia en la existencia de al menos una deidad.
El término ateo proviene etimológicamente del latín athĕus y este del
griego ἄθεος, que significa ‘sin dios(es)’ y fue empleado de forma
peyorativa para referirse a quienes rechazaban a los dioses adorados por su
sociedad. Con el surgimiento y la difusión del librepensamiento, el
escepticismo científico y el subsecuente incremento de la crítica de la
religión, disminuyó el alcance del término. Las primeras personas en identificarse a sí mismas con la
palabra «ateo» vivieron en la Ilustración durante el siglo XVIII. La Revolución francesa, notable por su
"ateísmo sin precedentes", presenció el primer gran movimiento
político de la historia en abogar por la supremacía de la razón humana.
Los argumentos a favor del
ateísmo abarcan desde aspectos filosóficos a perspectivas sociales e
históricas. Las razones para no creer en deidades incluyen argumentos de
ausencia de evidencia empírica, el problema del mal, el argumento de las
revelaciones inconsistentes, el rechazo a conceptos infalsables y el argumento
de la no creencia, entre otros. Si bien algunos ateos han adoptado filosofías seculares (como el
humanismo y el escepticismo), no existe una ideología o conjunto de conducta
único al que todos los ateos adhieran. Muchos de ellos sostienen que el
ateísmo es una cosmovisión más parsimoniosa que el teísmo y que por tanto la
carga de la prueba no recae en quien no cree en la existencia de dioses, sino
que es el creyente quien debe justificar su teísmo.
Dado que las nociones de
ateísmo varían, las estimaciones precisas de cuántos ateos existen en el globo
son una tarea compleja. Según una estimación hecha en
2007, los ateos representaban el 2,3 % de la población mundial, además de un
11,9 % de no religiosos (ateos no incluidos).En una encuesta de WIN/GIA
de 2012 se preguntó «Independientemente de si asiste a un lugar de culto o no,
¿diría usted que es una persona religiosa, no religiosa o un ateo convencido?».
El 59 % de la población mundial se identificó como religiosa, un 23 % no
religiosa y un 13 % se declaró atea convencida. Los ateos están concentrados
principalmente en Asia Oriental, especialmente China (47 %) y Japón (31 %), y
en Europa Occidental (en promedio 14 %), donde sobresale Francia (29 %). En
comparación con el mismo estudio realizado en 2005, en siete años la
religiosidad disminuyó nueve puntos porcentuales mientras que los ateos
aumentaron tres en los países en común.
CONCEPTOS
La clasificación más amplia del fundamento ateo es su división entre
ateísmo práctico y teórico.
ATEÍSMO
PRÁCTICO
Los ateos prácticos o pragmáticos viven como si no existieran dioses y
explican los fenómenos naturales sin necesidad de referencias divinas. No
niegan explícitamente la existencia de los dioses, pero pueden considerarla
innecesaria o inútil; de acuerdo a esta postura, estos tampoco proveen sentido
a la vida, ni influencian la vida cotidiana. Una forma de ateísmo práctico con implicaciones para la
comunidad científica es el naturalismo metodológico: la «tácita adopción o
suposición del naturalismo filosófico dentro del método científico con o sin la
plena aceptación o creencia en él».
El ateísmo pragmático puede
tomar diversas formas:
·
Ausencia de motivación religiosa: la
creencia en dioses no impele la acción moral, religiosa o cualquier otro tipo
de actuar.
·
La exclusión
activa de los problemas divinos y religiosos de la búsqueda intelectual y
acción práctica.
·
Indiferencia: la
ausencia de interés en los problemas divinos y religiosos.
·
Desconocimiento
del concepto de deidad.
ATEÍSMO
TEÓRICO
ARGUMENTOS
ONTOLÓGICOS
El ateísmo teórico explícitamente plantea argumentos contra la
existencia de dioses y refuta los argumentos teístas comunes, tales como el
argumento del diseño o la apuesta de Pascal. Es principalmente una
ontología, concretamente una ontología física.
ARGUMENTOS
EPISTEMOLÓGICOS
El ateísmo epistemológico sostiene que las personas no pueden conocer a
Dios o determinar su existencia. Se fundamenta en el agnosticismo, que toma una variedad
de formas. En la filosofía de la inmanencia, la divinidad es una entidad
inseparable del mundo, que incluye a la mente propia, y cada conciencia
individual está contenida en el sujeto. De acuerdo a esta forma de
agnosticismo, la limitación en la perspectiva humana previene cualquier
inferencia objetiva desde la creencia en un dios a la afirmación de su
existencia independiente del creyente. El agnosticismo racionalista de Immanuel Kant y los
pensadores de la Ilustración solo aceptan el conocimiento deducido a través del
razón humana; esta forma de ateísmo afirma que los dioses no son identificables
por medio alguno, por lo que su existencia jamás podrá llegarse a conocer.
El escepticismo, basado en las ideas de David Hume, afirma que la certeza sobre
cualquier asunto es imposible, por lo que nunca nadie podrá saber de forma
segura si un dios existe o no. Hume, no obstante, sostuvo que tales conceptos
metafísicos imperceptibles deben rechazarse como un «sofismo y una ilusión».
Existe debate respecto si el agnosticismo debiera clasificarse dentro del
ateísmo, ya que también puede considerarse como una cosmovisión independiente y
fundamental.
Otros planteamientos ateos
pueden clasificarse como epistemológicos u ontológicos, como el positivismo
lógico y el ignosticismo, que afirma que términos elementales tales como «Dios»
y frases como «Dios es todopoderoso» carecen de significado o inteligibilidad.
El no-cognitivismo teológico sostiene que la afirmación «Dios existe» no
expresa una proposición, sino una frase sin sentido o cognitivamente vacía. De
manera similar, existe debate si tal postura puede clasificarse como una forma
de ateísmo o agnosticismo. Los filósofos A. J. Ayer y Theodore M. Drange
rechazan ambas categorías, declarando que ambas corrientes aceptan que «Dios
existe» es una proposición, por lo que separan al no-cognitivismo en una
categoría propia.
ARGUMENTOS
METAFÍSICOS
La autora Zofia Zdybicka
escribió:
El ateísmo metafísico [...] incluye a todas las doctrinas
que sostienen el monismo metafísico (la homogeneidad de la realidad). Puede
ser: a)
Absoluto: un rechazo absoluto a la existencia de Dios asociado con el monismo
materialista (en todas sus corrientes, tanto las antiguas como las modernas).
b) Relativo: el rechazo
implícito de Dios en todas las filosofías que, si bien aceptan la existencia de
un absoluto, conciben a ese absoluto carente de todas las cualidades propias de
Dios: trascendencia, personalidad propia y unidad. Está asociado con el monismo
idealista (panteísmo, panenteísmo, deísmo).
ARGUMENTOS
LÓGICOS
El ateísmo lógico afirma que varias de las concepciones de los dioses,
tales como el Dios personal de las religiones abrahámicas como el cristianismo,
poseen cualidades lógicamente inconsistentes entre sí. Tal ateísmo presenta
argumentos deductivos contra la existencia de Dios, que señalan la
incompatibilidad entre los atributos divinos, tales como perfección, creador
del mundo, inmutabilidad, omnisciencia, omnipresencia, omnipotencia, omnibenevolencia,
trascendencia, personalidad, sobrenatural, justo y misericordioso.
El ateísmo teodiceo afirma que
el mundo como lo conocemos no puede reconciliarse con las cualidades comúnmente
atribuidas a Dios o los dioses por los teólogos. Argumentan que la existencia de una deidad omnisciente,
omnipresente, omnipotente y omnibenevolente no es compatible con un mundo en el
que existe el mal y el sufrimiento (argumento del mal), y en el que el amor
divino está oculto a tantas personas (argumento del ocultamiento divino).
REDUCCIÓN
DE LA RELIGIÓN
El filósofo Ludwig Feuerbach67
y el padre del psicoanálisis Sigmund Freud han argumentado que Dios y otras creencias religiosas no
son más que invenciones humanas creadas para satisfacer variados deseos o
necesidades psicológicas y emocionales. Esta postura es compartida por
muchos budistas. Karl Marx y Friedrich Engels, influenciados por Feuerbach,
arguyeron que estas creencias cumplen funciones sociales utilizadas por quienes
están en el poder para oprimir a la clase trabajadora. De acuerdo con Mijaíl
Bakunin, «la idea de Dios
implica la abdicación de la razón y de la justicia humana; es la negación más
decisiva de la libertad humana, y lleva necesariamente a la esclavitud de los
hombres, tanto en teoría como en la práctica». Bakunin invirtió el
célebre aforismo de Voltaire «Si
Dios no existiera, sería necesario inventarlo», escribiendo en respuesta: «si
dios existiese realmente, habría que hacerlo desaparecer».
LA
METAFÍSICA DE LOS ATEOS
Un gran problema con los "no creyentes" es que creen no creer
nada. Creen tener una visión del mundo exclusivamente científica, apegada a lo empíricamente
verificable, etc.
No es cierto. El ateísmo es una metafísica. El
ateo cree en un Principio Último... que resulta ser la Nada. En el principio
fue la Nada. La Nada, en virtud de una explosión mágica que ningún ateo ha
conseguido nunca explicar, alumbró misteriosamente el ser. Mágicamente
alumbrado el ser, la combinación de "azar y necesidad" lo conduce, tras
miles de millones de años, a la aparición de seres pensantes capaces de
preguntar quiénes son, por qué existen, adónde van. La respuesta del ateo es:
somos caprichos de la química cósmica; existimos porque sí; vamos -como
individuos y como especie- a la Nada de la que surgimos. La Nada tiene la
primera y la última palabra.
Los ateos toman todo esto (el universo surgió "porque sí" de
la Nada, etc.) por CIENCIA, cuando en realidad no es ciencia (la ciencia es
incompetente para resolver las cuestiones últimas), sino "religión" (o,
si se prefiere, filosofía).
El ateo se toma la libertad de endosar al creyente en Dios la carga de
la prueba (¿puedes demostrar a tu Dios?), mientras él se va de rositas.
¿Puede el ateo demostrar su Nada creadora? ¿Ha conseguido demostrar cómo pueda
pasarse de la nada al ser? El ateo Hawking dice haber "demostrado"
que las propias leyes físicas podrían "autor realizarse" (generar un
universo en el que se cumplan). Bien, aun si así fuera, ¿por qué hay leyes
físicas? ¿Por qué hay racionalidad en el universo?
Los ateos, que tanto desprecian la religión, tienen una religión
implícita, inconsciente: el culto de la Nada, la fe en la Nada creadora. Es
imposible no tener religión (entendiendo "religión" en sentido
amplio: hipótesis sobre las cuestiones últimas: cómo surgió todo, por qué y
para qué existo, etc.).
EXPONENTES
ARTHUR
SCHOPENHAUER
(Danzig, 22 de febrero de
1788-Fráncfort del Meno, Reino de Prusia, 21 de septiembre de 1860) fue un
filósofo alemán.
Su filosofía, concebida esencialmente
como un «pensar hasta el
final» la filosofía de Kant, es deudora de Platón y Spinoza, sirviendo
además como puente con la filosofía oriental, en especial con el budismo, el
taoísmo y el vedanta. En su obra tardía, a partir de 1836, presenta su
filosofía en abierta polémica contra los desarrollos metafísicos postkantianos
de sus contemporáneos.
Su trabajo más famoso, Die Welt als Wille und
Vorstellung (El mundo como voluntad y representación), constituye desde
el punto de vista literario una obra maestra de la lengua alemana de todas las
épocas.
Desde 1818, Arthur Schopenhauer (1788-1860) ya había sentado las bases
de su pensamiento filosófico, el pesimismo ateo, en su obra cumbre, El mundo
como voluntad y representación.
METAFÍSICA
DEL AMOR Y METAFÍSICA DE LA MUERTE EN EL PENSAMIENTO DE SCHOPENHAUER
Metafísica del amor
En su obra el autor expresa que generalmente los poetas se ocupan en
pintar el amor. Por ello, señala que el amor es el principal asunto de todas
las obras dramáticas, trágicas o cómicas, románticas o clásicas. Se
pueden señalar algunos ejemplos, tales como: las pinturas más perfectas Romeo y
Julieta, La Nueva Eloísa, Werther, que han adquirido una gloria inmortal. Con
esto, comprueba que no es lícito dudar de la realidad del amor ni de su
importancia, ya que los principales exponentes sobre el tema son los poetas. Sin embargo, de lo que él duda y
como tal lo expresa, es que los filósofos son los que han abandonado el tema
del amor “debería sorprender que un asunto que representa en la vida humana un
papel tan importante haya sido hasta ahora abandonado por los filósofos y se
nos presente como una materia nueva. Por esto, ante tal situación que
hay sobre el tema del amor en la vida de los filósofos, se da a la tarea de
expresar su punto de vista “no por los libros, sino por la observación de la
vida exterior, es como este asunto se me ha impuesto y ha ocupado un lugar en mis
consideraciones del mundo. Ante tal tema, no espera aprobación ni elogio por
parte de los enamorados, ya que su punto de vista parecerá demasiado físico,
material, metafísico y trascendente en el fondo.
El autor expresa que todo enamoramiento sumerge en realidad todas sus
raíces en el instinto sexual. Pero, el tema del amor no sólo se da en las
comedias y novelas sino que es parte del mundo real, donde junto con el amor a
la vida, es el más poderoso y el más activo. Sin embargo, no es algo
determinado, ya que depende en absoluto de la elección individual de los sexos “el instinto de los sexos se
manifiesta en la conciencia individual de una manera vaga y genérica. Este instinto de elección por el
otro sexo, es voluntad que aspira a vivir en un ser nuevo y distinto, y por
desinteresada que pueda parecer la admiración por una persona amada, el
objetivo final es, la creación de un ser nuevo. Esto prueba que el amor
no se contenta con el sentimiento recíproco sino que exige la posesión misma,
lo esencial, es decir, el goce físico, ya que la sola presencia de quien se ama
no podría consolar el goce físico. Es por eso, que la atracción del otro es el
dar existencia “esta
soberana fuerza, que atrae uno hacia otro a dos individuos de distinto sexo, es
la voluntad de vivir”. Sin embargo, no hay amor patente sino en la
conformidad perfecta de dos seres “y como no hay dos seres semejantes en
absoluto, cada hombre debe buscar en cierta mujer las cualidades que mejor
corresponde a sus cualidades propias”.
En el hombre hay un instinto muy manifiesto que lo lleva a la elección
de amar a una persona y a poseerla. Pero, no por ello se fija en
cualquier persona, ya que, siempre los sexos van en búsqueda de la belleza del
otro “no hay hombre que en
primer término no desee con ardor y no prefiera a las más hermosas criaturas.”.
Estas consideraciones arrojan a la luz, la naturaleza íntima de todo instinto.
Este instinto casi siempre se presenta en el individuo, el cual, se inclina por
una intención individual. Así, este instinto como en todos los demás, la
verdad se disfraza de ilusión para influir en la voluntad, ya que el carácter
del instinto es el de obrar en vista de una finalidad de la que no se tiene
idea, por ello, el hombre por la ilusión que posee, tiene a veces horror al
objetivo de procrear seres y hasta quiere oponerse a él, ya que una vez
satisfecha su pasión, todo amante experimenta un especial desengaño: “sólo la
especie se aprovecha de la satisfacción de ese deseo” o como señala Platón: “el
placer es lo más charlatán de todo”
Continúa diciendo que el instinto en el hombre es el apetito caprichoso
por las mujeres encinta. El amor tiene, por fundamento un instinto dirigido a
la reproducción de la especie. Por ejemplo, el hombre con facilidad
puede engendrar más de cien hijos en un año, si tiene otras tantas mujeres a su
disposición; la mujer en cambio, aunque tuviese otros tantos varones a su
disposición, no podría dar a luz más que un hijo al año, salvo los gemelos. Por
ello, Schopenhauer dice, que es preciso considerar que el hombre por naturaleza
es inconstante en el amor: “de aquí resulta que la fidelidad en el matrimonio es
artificial para el hombre y natural para la mujer...por consiguiente, el
adulterio de la mujer es mucho menos perdonable que la del hombre”. Con esto,
pretende llegar al fondo de las cosas y acabar de convencer, que por objetivo
que pueda parecer el gusto por las mujeres, no es, más que un instinto
disfrazado.
De aquí, que el autor señale
algunas consideraciones para la elección de una mujer en la vida del hombre. La
primera consideración es la edad; por lo regular la mujer que elegimos media
entre los dieciocho y veinticinco años, ya que una mujer de edad más grande e
incapaz de tener hijos, nos suscita un sentimiento de rechazo. Con toda
evidencia, esta inconsciente intención, muestra que el instinto es la
posibilidad de tener hijos. La segunda es la salud; las enfermedades crónicas u
otras, nos asustan o apartan, porque se transmiten a los hijos. La tercera es
el esqueleto; porque es el fundamento del tipo de la especie “un cuerpo
notablemente hermoso compensa muchos defectos, nos hechiza”. La cuarta son las
carnes; el predominio de la facultad vegetativa, esto nos lleva a la
plasticidad. Para el hombre los pechos bien redondos y de buena forma ejercen
notable fascinación; en cambio, las mujeres gordas con exceso excitan
repugnancia en nosotros. Se podrían señalar otros aspectos, por ejemplo: la
cara, el intelecto, la frente, los ojos. Sin embargo, estos son menos
importantes para el instinto del hombre.
Por otro lado, la inclinación
de la mujer también denota el dejarse llevar por el instinto, la causa principal
del que las mujeres amen a hombres anchos de hombros, caderas estrechas,
piernas rectas, fuerza muscular, valentía y feísimos, pero nunca hombres
afeminados; es que no se guían por el gusto, sino por el instinto, ya que
reconocen en esos años la potencia genésica. En segundo orden se encuentran las
cualidades del corazón o el carácter en el hombre, porque el hijo recibe estas
cualidades de su padre. En la mujer gana la rectitud y la bondad del corazón.
Por el contrario, las cualidades intelectuales no ejercen sobre ella ninguna
acción instintiva “así se ve a menudo a un hombre feo, necio y grosero
aventajar ante las mujeres a un hombre bien formado, ingenioso y amable...la
razón de esto es que las consideraciones predominantes aquí no tienen nada de intelectual,
y se refieren al instinto”. Advirtamos por tanto, que lo que aquí se refiere,
es que sólo se trata del atractivo por instinto e inmediato, el único que da
origen a la verdadera pasión del amor. Por esto, no siempre es la hermosura perfecta lo que
inflama las grandes pasiones, sino más bien, cada ser no es más que una parte
incompleta e imperfecta del todo. Dado que cuanto más débil es un hombre desde
el punto de vista de la fuerza muscular, más buscará mujeres fuertes; y la
mujer obrará lo mismo. Lo mismo sucede con el temperamento: cada cual prefiere
el opuesto al suyo.
Así pues, el asunto
fundamental de casi todas las obras, es la entrada en escena del genio de la
especie con sus aspiraciones y sus proyectos, amenazando los intereses de los
otros. Así sucede con la vida real.
Muy a menudo, gracias a esa
ilusión se ha desvanecido fatalmente. Ocurre entonces que por lo regular son bastante
desgraciados los matrimonios por amor, porque aseguran la felicidad de la
generación actual “quien
se casa por amores ha de vivir con dolores”. Por ello, se ha de tener
muy en cuenta que son muy escasos los matrimonios felices, porque la esencia del matrimonio
es tener como principal objetivo, no la generación actual, es decir, con la
persona que se vive, sino más bien, a la generación futura. Se busca únicamente
la indestructibilidad del ser en sí, del porvenir.
De esta manera, se prueba que al hombre le
importa más la especie que el individuo, es lo que el autor llama la voluntad
de vivir, o sea, aquella aspiración a la vida y a la duración.
Metafísica de la muerte
El autor señala que la individualidad de la mayoría de los hombres es
tan miserable y tan insignificante, que nada pierden con la muerte. Por
ello, exigir la inmortalidad del individuo es querer perpetuar un error hasta
el infinito “toda
individualidad es un error especial, una equivocación, algo que no debiera
existir; y el verdadero objetivo de la vida es librarnos de él”. Por
esto, cuando la muerte ha puesto término a una conciencia individual, es mejor
dejarla descansar en paz, porque esto da alivio al pesar. Lo mismo da, que un
hombre se acueste, es decir, que muera, así como que otro se levante, es decir,
que nazca.
Schopenhauer señala lo anterior, porque el hombre forma parte de la
Naturaleza. Pero esta naturaleza que nunca miente, que es franca y abierta;
nunca le importa la vida o la muerte del individuo; esto se expresa entregando
la vida del animal y también la del hombre a menores azares, sin hacer nada por
salvarlos. Así pues, cuando esta madre soberana expone a sus hijos
sin herramienta alguna para defenderse, ante mil riesgos, sabe que con la
muerte, caen nuevamente en su seno “el oráculo de la Naturaleza se extiende a
nosotros; nuestra vida o nuestra muerte no la conmueven y no debieran
emocionarnos, porque nosotros también formamos parte de la Naturaleza”.
KARL
MARX
(Tréveris, Prusia occidental,
1818 - Londres, 1883) Pensador socialista y activista revolucionario de origen
alemán. Raramente la obra de un filósofo ha tenido tan vastas y tangibles
consecuencias históricas como la de Karl Marx: desde la Revolución rusa de
1917, y hasta la caída del muro de Berlín en 1989, la mitad de la humanidad
vivió bajo regímenes políticos que se declararon herederos de su pensamiento.
Contra lo que pudiera parecer, el fracaso y derrumbamiento del bloque comunista
no habla en contra de Marx, sino contra ciertas interpretaciones de su obra y
contra la praxis revolucionaria de líderes que el filósofo no llegó a conocer,
y de los que en cierto modo se desligó proféticamente al afirmar que él no era
marxista.
Ciertamente fallaron sus
predicciones acerca del inevitable colapso del sistema capitalista, pero,
frente a los socialistas utópicos, apenas se interesó en cómo había de
organizarse la sociedad. En lugar de ello, Marx se propuso desarrollar un
socialismo científico que partía de un detallado estudio del capitalismo desde
una perspectiva económica y revelaba las perversiones e injusticias intrínsecas
del sistema capitalista; en tal análisis, fecundo por los desarrollos
posteriores y vigentes en muchos aspectos, reside el verdadero valor de su
legado. En cualquier caso, es innegable la altura de sus ideales; nunca ambicionó
nada excepto "trabajar para la humanidad", según sus propias
palabras. Y, refiriéndose a su libro El capital, dijo: "Dudo que nadie
haya escrito tanto sobre el dinero teniendo tan poco".
En 1844, Karl Marx escribió en su obra Contribución a la crítica de la
filosofía del derecho de Hegel una de las citas ateas más célebres:
El sufrimiento religioso es al mismo tiempo
la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La
religión es el alivio de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin
corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo.
Marx creía que la gente recurría a la religión para aliviar el dolor
causado por la realidad de la situación social. Según Marx, la religión es un
intento de trascender del estado material de los asuntos sociales reales (el
dolor de la opresión de clase) creando un mundo imaginario para evadirse de
ellos, que convierte a los creyentes en individuos dóciles al control social y
la explotación en este mundo, mientras ellos esperan alivio y justicia en una
vida después de la muerte. En el mismo ensayo Marx afirma: « [El hombre] crea la religión, la
religión no crea al hombre».
METAFÍSICA
Se suele entender que el
pensamiento de Marx y Engels, el marxismo en sentido estricto, formulado en el
siglo XIX, ha adoptado siempre una actitud anti metafísica. Esta actitud se
debe, básicamente, a dos razones: en primer lugar, a que el marxismo cree disponer de un tipo de
pensamiento más dinámico, que puede reemplazar ventajosamente a la metafísica,
como es el materialismo dialéctico; en segundo lugar, porque entiende que la
metafísica es un pensamiento ideológico que ha de ser criticado y eliminado.
La raíz más básica del pensamiento de Marx está en su concepción
dialéctica del materialismo, que se deriva, en parte, de la dialéctica
idealista de Hegel. Según el materialismo dialéctico, solo la
materia es real, junto con sus transformaciones, cambios y evoluciones. La mejor forma de explicar estas
transformaciones es recurriendo a la dialéctica, según la cual todos los
proceso naturales y sociales ocurren por contradicción y por negación de la
negación. Cualquier realidad nueva surge como contradicción respecto a
un primer estado (negación), que a su vez es negado (negación de la negación),
produciéndose una vuelta a un estado semejante al primero, pero en una
condición diferente y, en principio, más avanzada. Por ejemplo, una planta
brota por negación de la semilla, pero el desarrollo de la planta lleva a su
negación, porque se transforma de nuevo en multitud de semillas. Esta
explicación pretende ser universal y válida tanto para la naturaleza como para
la sociedad y el pensamiento.
Por otra parte, Marx critica a
la filosofía debido a la función ideológica que ha venido desempeñando. La filosofía ha interpretado el
mundo, ha producido cosmovisiones, concepciones de la vida y del universo. Pero
lo ha hecho siempre desde los intereses de la clase social dominante, es decir,
del grupo social poseedor del dinero y demás recursos económicos.
De esta forma, la filosofía en
general y la metafísica en particular, junto con otras manifestaciones
culturales, se han convertido en instrumentos de legitimación de un orden
social y económico injusto. La
metafísica sería otra expresión más de la conciencia invertida, según la cual
son las ideas (razón, espíritu) las que impulsan el acontecer histórico.
Por eso Marx afirma que la misión de la filosofía es la transformación del
mundo, comenzando por las condiciones materiales de producción de la vida
humana, especialmente las condiciones económicas, que son las que verdaderamente
mueven el mundo.
Algunos aspectos del
pensamiento marxista se pueden interpretar, ciertamente, en un sentido
metafísico. Es decir, más que una crítica a la metafísica, el marxismo
criticaría una determinada manera de hacer metafísica: la que se transforma en ideología y la que
contribuye a la explotación de uno seres humanos por otros. He aquí,
pues, una provocación del pensamiento marxista: la elaboración de concepciones
metafísicas que colaboren en la emancipación de la humanidad.
FRIEDRICH
WILHELM NIETZSCHE
Friedrich
Wilhelm Nietzsche (Röcken, 15 de octubre de 1844-Weimar, 25 de
agosto de 1900) Fue un
filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores
contemporáneos más influyentes del siglo XIX.
Realizó una crítica exhaustiva
de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la genealogía de
los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales
(positiva y negativa) hacia la vida. Este trabajo afectó profundamente a
generaciones posteriores de teólogos, antropólogos, filósofos, sociólogos,
psicólogos, politólogos, historiadores, poetas, novelistas y dramaturgos.
Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la
Ilustración, expresada en su observación «Dios ha muerto», de una manera que
determinó la agenda de muchos de los intelectuales más célebres después de su
muerte.
El filósofo Friedrich
Nietzsche acuñó otro célebre lema «Dios ha muerto» (en alemán: «Gott ist tot»); frase no pronunciada
directamente por Nietzsche sino que la puso en boca de uno de los personajes de
su obra. Nietzsche
argumenta que el cristianismo como sistema de creencias ha sido la institución
moral del mundo occidental, y que su rechazo y colapso como resultado del
pensamiento moderno (la muerte de Dios) podría causar el surgimiento del
nihilismo o de la desaparición de los valores. Aunque Nietzsche era un
ateo incondicional, estaba preocupado por los efectos negativos del nihilismo
sobre la humanidad, por lo que llamó a reexaminar los viejos valores y a crear
unos nuevos, esperando que al hacerlo el hombre alcanzaría un estatus superior,
al que calificó de Übermensch (superhombre o suprahombre).
LA
CRÍTICA DE LA METAFÍSICA
La filosofía de Nietzsche
supondrá un enfrentamiento radical con buena parte de la tradición filosófica
occidental, oponiéndose a su dogmatismo, cuya raíz sitúa en Sócrates, Platón y
la filosofía cristiana. La distinción y oposición, realizada en sus primeras
obras, entre lo apolíneo y lo dionisíaco, le llevará a desarrollar una original
interpretación de la historia de la filosofía, según la cual el pensamiento se
verá sometido a un alejamiento de la vida, a partir de la reflexión socrática,
que le llevará a oponerse a ella, negándola mediante la invención de una
realidad trascendente dotada de características de estabilidad e inmutabilidad,
justo las contrarias de las que posee la única realidad que conocemos,
contradictoria y cambiante.
La crítica de la metafísica. Nietzsche se opone al dualismo ontológico,
fiel reflejo del dualismo platónico:
- este mundo, sensible e imperfecto
- el otro mundo, suprasensible y perfecto, fundamento de aquel.
Según tal concepción, la
realidad queda escindida en dos ámbitos: una realidad suprasensible, estática e
imperecedera, frente a una realidad cambiante, sensible, perecedera... que es
el producto residual, "despreciable" de la anterior. Frente a este
esquema ontológico reaccionará Nietzsche esgrimiendo tres objeciones.
1.
La infravaloración de la realidad sensible
se debe a su mutabilidad, mientras que la razón humana opera con categorías
inmutables (conceptos); pero el hecho de que la razón funcione con tales
categorías no demuestra la "imperfección" ni la
"dependencia" del mundo sensible, sino sólo la inadecuación de la
razón para conocerlo... ¿Y si la razón no fuera la facultad
adecuada para conocer el mundo? ¿Es posible acceder de forma no racional al
conocimiento del mundo? ¿Es la razón nuestra única posibilidad cognoscitiva?
2. El mundo suprasensible no es más que una ilusión, una
ficción, una fantasía construida como negación del mundo sensible, única
realidad para nosotros.
3. Recurrir a un mundo suprasensible lo interpreta, pues,
como una reacción anti-vital, como una negación de la vida, (vida que está
marcada por el sufrimiento tanto como por la alegría), como una venganza contra
la naturaleza, propia de espíritus ruines que odian la vida, un producto del
resentimiento contra la vida. Incapaces de aceptar un destino trágico, los
hombres se rebelan contra esa vida que les aboca al sufrimiento y la niegan,
convirtiéndola en un mero residuo de otra realidad, perfecta ésta, donde ahogan
su resentimiento.
CRÍTICA
A LA RELIGIÓN CRISTIANA
Nietzsche considera que la
religión cristiana lleva hasta el final el desprecio por la vida característico
de la cultura occidental desde Sócrates y Platón. Su superación radical es necesaria para la aparición del
hombre nuevo, del superhombre.
Para entender su crítica al cristianismo
se debe recordar que, según
este autor, la religión no es una experiencia verdadera pues no es experiencia
de una entidad real, de una entidad que realmente exista; dicho de otro modo,
Nietzsche considera verdadero el ateísmo y falsa toda creencia en lo
sobrenatural. Aceptado este principio, la tarea que se propone Nietzsche
es comprender cómo es posible que durante tanto tiempo se haya creído en esta
ilusión. Y la solución que presenta es la misma que le sirve para explicar la
aparición de las construcciones metafísicas que con tanta dureza ha criticado (la ciencia, la metafísica,...):
el estado de ánimo que promueve el éxito de las creencias religiosas, de la
invención de un mundo religioso, es el de resentimiento, el de no sentirse
cómodo en la vida, el afán de ocultar la dimensión trágica de la existencia.
Nietzsche se enfrenta a los siguientes elementos de la religión cristiana:
1. La “metafísica cristiana”:
Nietzsche resume la concepción del mundo propia del cristianismo indicando que
esta religión es “platonismo
para el pueblo”: el espíritu que anima al cristianismo es exactamente el
mismo que animó a Platón, la incapacidad vital para aceptar todas las
dimensiones de la existencia y el afán de encontrar un consuelo fuera de este
mundo. El cristianismo no añade nada esencialmente nuevo a la filosofía
platónica; como ya hizo Platón, el cristianismo presenta una escisión en la
realidad: por un lado el
mundo verdadero, eterno, inmutable, en donde se realiza el Bien, la Verdad y la
Belleza, y por otro el mundo aparente, cambiante, abocado a la muerte e
imperfecto; por un lado el mundo del espíritu, por otro el mundo de la
corporeidad. El cristianismo traduce la filosofía platónica en términos
comprensibles para todo el mundo. Por esta razón las críticas al platonismo
valen también para el cristianismo.
2. La moral cristiana: con
el cristianismo triunfa una moral que reivindica valores propios de lo que
llama Nietzsche “moral de
esclavos”, los valores de la humildad, el sometimiento, la pobreza, la
debilidad, la mediocridad. El cristianismo, dice Nietzsche, solo fomenta
los valores mezquinos: la obediencia, el sacrificio, la compasión, los
sentimientos propios del rebaño; es la moral vulgar, la del esclavo, la moral
de resentimiento contra todo lo elevado, lo noble, lo singular y sobresaliente;
es la destrucción de los valores del mundo antiguo, la peor inversión de todos
los valores nobles de Grecia y Roma, la rebelión de los esclavos contra sus
señores; el cristianismo es el "enemigo mortal del tipo superior del
hombre". Con el
cristianismo se presenta también una de las ideas más enfermizas de nuestra
cultura, la idea de culpabilidad, de pecado, de la que sólo se puede huir con
la afirmación de la “inocencia del devenir” o comprensión de la realidad y de
nosotros mismos como no sometidos a legalidad alguna, a ningún orden que venga
de fuera, con la reivindicación de la conducta situada “más allá del bien y del
mal”.
3. Influencia “perversa” del
cristianismo: con el triunfo de esta religión, todo el
pensamiento occidental queda viciado por su punto de vista, es el corruptor de
la filosofía europea, ésta “lleva
en sus venas sangre de teólogos”.
4. Valoración de Jesús: sin
embargo, Nietzsche no valora tan negativamente la figura de Jesús ni del
cristianismo primitivo: haciendo una lectura muy distinta a la tradicional,
considera que lo que ahora entendemos por cristianismo debe mucho más a San
Pablo que a Jesús. Para
Nietzsche Jesús se presenta como un revolucionario, un anarquista contrario a
todas las manifestaciones del orden, fundamentalmente del poder religioso
tradicional, como uno de los más destacados defensores de la renuncia a la
violencia y a los brillos mundanos de sus contemporáneos; y por esta actitud
subversiva fue crucificado: “El cristianismo es aún posible en todo momento...
No está ligado a ninguno de los dogmas impúdicos que se han engalanado con su
nombre; no tiene necesidad
ni de la doctrina de un dios personal, ni de la del pecado, ni de la
inmortalidad, ni de la redención, ni de la fe; puede prescindir en absoluto de
la metafísica, y todavía más del ascetismo y de una ciencia natural cristiana...
El que hoy dijera “Yo no quiero ser soldado”, “yo no me ocupo de los
tribunales”, “yo no reclamo el auxilio de la policía”, “yo no quiero hacer nada
que perturbe mi paz interior; y si debo sufrir por esto, nada conservará mi paz
mejor que el sufrimiento”... ése
sería cristiano” (“La voluntad de poder”).
5.
Politeísmo frente a monoteísmo: para Nietzsche, aunque todas las
religiones son falsas, unas son más adecuadas que otras. El politeísmo
es falso pero expresa mejor la riqueza de la realidad que el monoteísmo; el
politeísmo no se ha separado radicalmente de la vida: en el mundo de los
olímpicos, por ejemplo, se refleja la pluralidad y riqueza de la realidad,
tanto sus aspectos luminosos, ordenados y positivos como los aspectos oscuros,
caóticos y negativos; el monoteísmo (el "monótono teísmo") representa el extravío de los sentidos, el invento de un
trasmundo, la desvalorización del verdadero mundo y la máxima hostilidad a la
naturaleza y a la voluntad de vida. El concepto de Dios sirve para
objetivar los valores en los que cree una cultura, así el Dios cristiano
representa los valores negativos y contrarios a la vida, los valores de la
impotencia, mientras que el mundo divino propuesto por el politeísmo representa
los valores afirmativos, la fidelidad a la Naturaleza. “El concepto cristiano de Dios –Dios como Dios de
los enfermos, Dios como araña, Dios como espíritu– es uno de los conceptos de
Dios más corruptos a que se ha llegado en la tierra; tal vez representa incluso
el nivel más bajo en la evolución descendente del tipo de dioses. ¡Dios,
degenerado a ser la contradicción de la vida, en lugar de ser su
transfiguración y su eterno sí! ¡En Dios, declarada la hostilidad a la vida, a
la naturaleza, a la voluntad de vida! ¡Dios, fórmula de toda calumnia del “más acá”, de toda
mentira del “más allá”! ¡En Dios, divinizada la nada, canonizada la voluntad de
nada!...” (“El Anticristo”).
La superación del cristianismo (y la
consiguiente “muerte de Dios”) ya iniciada por la Ilustración es fundamental
para la transmutación de todos los valores, para la recuperación de los valores
de la antigüedad perdidos tras la aparición de esta religión y de la filosofía.
CRITICAS
A LA METAFÍSICA
EL
EMPIRISMO INGLÉS
Descartes, Gassendi, Hobbes y
Spinoza, llevaron la crítica de la metafísica en la época de las luces. El
aspecto criticado, es el teológico, sustituyendo la estructura
Dios-Mundo-Hombre por la de sujeto cognoscente/naturaleza unificada/saber
universal.
Método histórico genético -Locke –rechazo de las ideas
innatas y deducción de las ideas complejas a partir de las simples. Supuso el
primer ataque serio a la metafísica. Su análisis de los modos (espacio, tiempo,
modo), de las substancias y de las relaciones (causa y efecto, identidad y
diversidad), aplica el psicologismo de que la realidad queda reducida a la
imagen percibida en el espíritu y que se supone producida por la potencia que
tienen las cosas exteriores. Conocer es ser relacionar ideas; la razón
es la facultad que busca los medios y los aplica correctamente para descubrir
la certeza del conocimiento y la probabilidad de la opinión.
Berkeley acaba con la noción de materia como algo inaccesible causante
de las ideas y de nuestra mente; ser tiene dos sentidos: percibir y ser
percibido. Rechaza las cualidades
primarias y secundarias, desembocando en el acosmismo. Las ideas no
provienen del exterior, son realidad completa; el ser percibido es el
ser de las ideas; la única cosa real es el espíritu; se capta así mismo
mediante intuición inmediata, y a los demás mediante analogía. El hecho de que
las ideas presentes no puedan ser manejadas a mi antojo, me hace pensar que
existe un espíritu que las produce, y me las impone por necesidad.; el mundo
queda reducido al lenguaje en el que Dios nos habla.
Hume, teoría de las relaciones (exteriores y primeras con respecto a
los objetos que relaciona). Las
relaciones de asociación, contigüidad, semejanza y causalidad, son los
únicos elementos constantes en el espíritu humano, base de la naturaleza
humana.
Al igual que Berkeley,
admite que las ideas abstractas son de suyo individual, aunque pueden hacerse
generales en la representación al unirlas con un término general. Al no
haber objeto que implique por si mismo la existencia de otro, solo por
experiencia podemos inferir la existencia de un objeto de la de otro; la idea
de causa y efecto se deriva de la experiencia.
LA
FILOSOFIA DE LAS LUCES: DEISMO Y ATEISMO
Las tres ideas fundamentales, Dios, mundo y yo son
sometidas a critica.
Deísmo
-admite una religión natural, racional,
que coincide esencialmente con un cristianismo entendido como religión moral y
desprovista de los elementos mágicos y supersticiosos.
Ateísmo- se rechaza las pruebas de la
existencia de Dios, basado en la belleza, orden o perfección del universo; el
ser que coincide con la materia, no ha podido ser creado y todas las cosas
naturales se forman mediante el movimiento de las distintas partes de la
materia.
Como consecuencia del deísmo y
el ateísmo, la noción de
la Naturaleza cambia su significado, pasando de ser el conjunto de las cosas
creadas a convertirse en un ser autónomo, capaz por sí mismo de explicar todas
las cosas.
Las concepciones materialistas
y vitalistas a la vez, recogen la tradición de los magos renacentistas como
Paracelso, Bruno, y dan lugar a la filosofía de la naturaleza romántica del
SXIX en el ámbito de una tradición panteísta y materialista.
Condillac, critica la idea del Yo, extremando el empirismo de Locke y
su anti cartesianismo, resaltando la dinamicidad de la vida espiritual que en
su unidad originaria, recoge las actividades de las distintas
facultades.
Helvetius materialismo psicológico de tipo sensualista; todo se reduce
al puro sentir. Rompe la cadena naturalista al poner en primer
plano aspectos sociopolíticos, más que los físico-psicológicos, en la
constitución del sujeto.
La anti metafísica rechaza el método sistemático y de hipótesis. Las
teorías de Newton, distinguen entre investigación científica y la especulación
metafísica.
Condillac, establece un método genético y crítico que analiza los
mecanismos por los cuales se han introducido los errores en el pensamiento
humano.
Al espíritu del sistema
(DÀlembert), se opondrá el espíritu sistemático, que rechaza las hipótesis
arbitrarias y vagas, para acogerse al estudio reflexivo de los fenómenos, la
comparación de unos y otros y la reducción de varios a uno, como el principio
de una ciencia dada.
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